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martes, 19 de abril de 2011

Recursos de salud mental para Santos de los Ultimos Días y otras denominaciones religiosas.

Queridos hermanos les comento que encontre esta util herramienta en el Internet espero que os sea de ayuda y bendicion en sus vidas. Consultad con sus Obispos sobre el sitio para que el os pueda orientar como utilizar estos recursos.

esta es informasion de la fundación:




Objectivos de la Fundación.

La Fundación para Recursos de la Salud Mental es una organización sin fin lucrativo privado incorporado en 1991. Los intereses de la Fundación son identificar, desarrollar, y promover recursos para las personas con preocupaciones relacionadas a la salud mental. Preocupaciones de la salud mental incluye enfermedades mentales tal como depresión, bipolar, esquizofrenia, ansiedad, y desordenes alimentarios; y preocupaciones sociales/emocionales concierniente el abuso de alcohol y las drogas, atracción al mismo sexo, pornografía, divorcio, y el abuso físico y sexual.

Postura con respeto a la salud mental.

La Fundación cree que la enfermedad mental es un desorden del cerebro. “Es una enfermedad que afecta o se manifiesta en el cerebro de una persona. Puede tener un impacto en la manera que una persona piensa, actua, o se trata con otras personas…Enfermedades mentales son enfermedades reales—tan real como la enfermedad del corazón y cáncer…” (La Asociación Psiquiátrica Americana).

La Fundación reconoce que las enfemedades mentales y físicas son muy similares. Estamos de acuerdo con la Alianza Nacional de la Salud Mental (NAMI) “Enfermedades mentales no son el resultado de debilidad personal, una falta de carácter, o mala crianza. Las enfermedades mentales se pueden tratar.”


Recursos para los problemas de 
abuso físico, emocional y sexual.
Recursos para las adicciones de
 alcohol, drogas y tabaco.
Recursos relacionados con 
la homosexualidad.
Recursos para la depresión, 
bipolar, esquízofrenia, y otras enfermedades.
Recursos para el matrimonio, 
el divorcio y la crianza de los niños.
Recursos para los problemas 
con la pornografía.


La información proporcionada en el sitio de web, AyudaParaMi.info, sirve solamente como recurso de información y no se debe utilizar como consejo religioso, medico, psiquiátrico o de salud psicológica. No hay cosa ninguna en el sitio de AyudaParaMi.info que es destinado para usarse para un diagnóstico medico o tratamiento o como substituto para una consultación con un profesional calificado de cuidado medico o con un líder religioso personal.

viernes, 18 de febrero de 2011

Presentación Lema de la Mutual de 2011 - Fe

Cuando te hayas convertido

ÉLDER D. TODD CHRISTOFFERSON 

De la Presidencia de los Setenta
Suplica a Dios en el nombre de Cristo que escriba el Evangelio en tu mente, a fin de que tengas entendimiento, y en tu corazón, para que te agrade hacer Su voluntad.
ÉLDER D. TODD CHRISTOFFERSONMis comentarios se dirigen en particular a ti, joven, y a ti, jovencita, aunque espero que sean útiles para todos.
Hace años, cuando era presidente de estaca, vino un hombre a confesar una transgresión. Su confesión me sorprendió; por años había sido miembro activo de la Iglesia y me preguntaba cómo una persona con su experiencia podría haber cometido semejante pecado. Después de meditar en ello, se me ocurrió que ese hermano nunca había tenido una verdadera conversión. A pesar de su actividad en la Iglesia, el Evangelio no había penetrado en su corazón; era sólo una influencia externa en su vida. Cuando estaba en entornos propicios, guardaba los mandamientos, pero en medios diferentes, dejaba que otras influencias controlaran sus acciones.
¿Cómo te puedes convertir tú? ¿Qué puedes hacer para que el Evangelio de Jesucristo no sólo influya en tu vida, sino que sea la influencia dominante, y de hecho, el núcleo de lo que eres? El antiguo profeta Jeremías dijo que la ley de Dios, el Evangelio, debería estar escrito en nuestros corazones. Hizo referencia al Señor, que se dirigía a nosotros, Su pueblo en los últimos días: “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”1.
¿Quieres que esto te ocurra a ti? Yo te puedo decir cómo lo puedes lograr, pero debe ser algo que tú desees. El Evangelio no se puede escribir en tu corazón a menos que tengas un corazón receptivo. Sin tener un deseo sincero, puedes participar en las reuniones sacramentales, en las clases y actividades de la Iglesia y hacer las cosas que yo te diga, pero eso no tendrá efecto alguno; pero si tienes un corazón receptivo y dispuesto, como el de un niño2, permíteme decirte lo que puedes hacer para ser convertido.
En primer lugar, debes dejar a un lado cualquier sentimiento de orgullo, que es tan común en el mundo de hoy; me refiero a la actitud que rechaza la autoridad de Dios para gobernar nuestra vida. El Señor describió esa actitud a José Smith, cuando dijo: “No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios”3. Hoy día se oye expresado en frases como éstas: “Haz lo que te plazca”, o “Lo bueno o lo malo dependen de lo que yo considere conveniente”. Esa actitud es una rebelión contra Dios, así como Lucifer se rebeló contra Dios en el mundo preterrenal rechazando el derecho de Dios de declarar la verdad y establecer la ley4. Satanás deseaba, y aún desea, el poder para declarar por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo. Nuestro amado Creador no nos obliga a aceptar Su autoridad, pero el estar dispuestos a someternos a esa autoridad es el primer paso hacia la conversión.
Además, para que el Evangelio esté “escrito en tu corazón”, es necesario que sepas lo que es y que llegues a comprenderlo más plenamente, lo cual significa que debes estudiarlo5. Cuando digo “estudiarlo”, me refiero a algo más que leerlo. A veces es bueno leer un libro de las Escrituras en un periodo establecido a fin de obtener una impresión general de su mensaje, pero para los fines de la conversión, debes prestar más atención al tiempo que pases en las Escrituras que a la cantidad de texto que leas en ese tiempo. A veces te imagino leyendo algunos versículos, deteniéndote a meditar en ellos, volviéndolos a leer con detenimiento y, al pensar en lo que significan, orando para recibir entendimiento, haciéndote preguntas en tu mente, esperando recibir impresiones espirituales y anotando las impresiones e ideas que recibas para recordarlas y aprender más. Al estudiar de este modo, tal vez no leas muchos capítulos o versículos en media hora, pero harás lugar en tu corazón a la palabra de Dios, y Él se dirigirá a ti. Ten presente la descripción de Alma en cuanto a lo que se siente: “…empieza a ensanchar mi alma; sí, empieza a iluminar mi entendimiento; sí, empieza a ser deliciosa para mí”6. Sentirás que el Evangelio se escribirá en tu corazón, que tu conversión se está llevando a cabo, a medida que la palabra del Señor, mediante Sus profetas pasados y presentes, se haga cada vez más deliciosa para tu alma.
Mencioné la oración a medida que estudias para comprender las Escrituras, pero tus oraciones no se deben limitar a esa súplica. En el Libro de Mormón, Amulek nos dice que debemos orar en cuanto a todo lo de nuestra vida; él dice: “…[derramad] vuestra alma en vuestros aposentos, en vuestros sitios secretos y en vuestros yermos”7. Tu Padre Celestial desea que ores en cuanto a tus esperanzas y temores, tus amigos y familia, tus estudios y tu trabajo, y las necesidades de los que te rodean. Más que nada, debes orar para tener el amor de Cristo. Este amor se da a aquellos que son verdaderos discípulos de Jesucristo y que lo suplican con toda la energía de sus corazones8. Ese amor es el fruto del árbol de la vida9, y el probarlo es una parte importante de tu conversión porque una vez que hayas sentido el amor que el Salvador tiene por ti, incluso la porción más pequeña, te sentirás seguro, y en tu interior crecerá el amor hacia Él y hacia nuestro Padre Celestial. En tu corazón desearás hacer lo que esos Seres Santos te pidan hacer. Ve con frecuencia a tus aposentos, a tus sitios secretos y a tus yermos. Da gracias a Dios por tus bendiciones; suplícale Su ayuda; pídele que te conceda el amor puro de Cristo; a veces el ayuno te será de ayuda.
Después que Amulek habló acerca de la oración, habló de algo que es otro elemento importante de la conversión: el servir a los demás. De otro modo, dijo él, “vuestra oración es en vano y no os vale nada”10. En otras palabras, para convertirte, no sólo debes tener un corazón receptivo al conocimiento del Evangelio y al amor de Dios, sino que debes llevar a la práctica la ley del Evangelio, ya que no puedes comprenderla ni apreciarla en su totalidad a menos que personalmente la pongas en práctica. Jesús dijo que vino para servir, no para ser servido11. Lo mismo debe ocurrir contigo; debes mirar a tu alrededor y cuidar a los demás; puedes ser caritativo, amigable, puedes compartir y ayudar en infinidad de maneras; y al hacerlo, el Evangelio de Jesucristo se convertirá en parte de tu ser.
Permíteme mencionar algo más. En tiempos antiguos, cuando las personas deseaban adorar al Señor y buscar Sus bendiciones, a menudo llevaban una ofrenda. Por ejemplo, cuando iban al templo, llevaban un sacrificio que colocaban en el altar. Después de Su expiación y resurrección, el Salvador dijo que ya no aceptaría holocaustos de animales; la ofrenda o sacrificio que aceptaría en adelante era el de “un corazón quebrantado y un espíritu contrito”12. Al buscar la bendición de la conversión, puedes brindar al Señor la ofrenda de tu corazón quebrantado o arrepentido y tu espíritu contrito u obediente. En realidad, es la ofrenda de ti mismo, de lo que eres y de lo que estás llegando a ser.
¿Hay algo en ti o en tu vida que sea impuro o indigno? Cuando logres deshacerte de ello, será una ofrenda para el Salvador. ¿Careces de un buen hábito o de una buena cualidad? Si lo adoptas y lo haces parte de tu carácter, le estarás haciendo una ofrenda al Señor13. A veces es difícil hacerlo, pero, ¿serían las ofrendas del arrepentimiento y de la obediencia ofrendas dignas si no te costaran nada?14. No tengas miedo del esfuerzo que se requiera; y recuerda: no tienes que hacerlo solo. Jesucristo te ayudará a hacer de ti una ofrenda digna. Su gracia te hará limpio, incluso santo. Finalmente, llegarás a ser como Él, “perfecto en Cristo”15.
Con la conversión, llevarás puesta una armadura protectora, “toda la armadura de Dios”16, y las palabras de Cristo, que vienen por el Espíritu Santo, te dirán todas las cosas que debes hacer17.
En 1992, dos misioneras en Zagreb, Croacia, regresaban a su apartamento una tarde después de concluir una charla, en un lugar ubicado a una distancia considerable, y empezaba a anochecer. Varios hombres que iban en el trolebús hicieron unos comentarios vulgares y su comportamiento era amenazador. Al sentirse en peligro, las hermanas se bajaron del trolebús en la parada siguiente, justo cuando las puertas se cerraban y nadie pudiera seguirlas. Habiendo evitado esa situación, se dieron cuenta de que no reconocían dónde se encontraban. Al volverse para pedir ayuda, vieron a una mujer; las misioneras le explicaron que estaban perdidas y le pidieron que las orientara. Ella sabía dónde podrían tomar otro trolebús que las llevara a casa y les dijo que la siguieran. Por el camino tuvieron que pasar frente a un bar con clientes que estaban sentados a lo largo de la acera en la penumbra. Esos hombres también parecían amenazadores. No obstante, las dos jovencitas tuvieron la clara impresión de que esos hombres no podían verlas; pasaron por allí, aparentemente invisibles para los que hubieran tenido intenciones de hacerles daño. Cuando las hermanas y su guía llegaron a la parada, el trolebús que necesitaban llegaba en ese momento; se volvieron para darle las gracias a la mujer, pero había desaparecido18.
A esas misioneras se les brindó una guía y otras bendiciones para protegerlas físicamente. Cuando tú te conviertas, tendrás protecciones semejantes que te alejarán de la tentación y de la maldad19. A veces la maldad no te encontrará; algunas veces serás protegido cuando no puedas ver la maldad, y aun cuando tengas que confrontarla directamente, lo harás con fe y sin temor.
Hemos hablado del deseo, de la sumisión a Dios, del estudio, de la oración, del servicio, del arrepentimiento y de la obediencia. De éstos, combinados con tu adoración y actividad en la Iglesia, provendrán el testimonio y la conversión. El Evangelio no será tan sólo una influencia en tu vida, sino que será la esencia de lo que eres en realidad. Suplica a Dios en el nombre de Cristo que escriba el Evangelio en tu mente, a fin de que tengas entendimiento, y en tu corazón, para que te agrade hacer Su voluntad20. Procura esa bendición con diligencia y paciencia, y la recibirás, porque Dios “misericordioso es y clemente… y grande en misericordia”21. De esto testifico, en el nombre de Jesucristo. Amén.

NOTAS

1. Jeremías 31:33. Ezequiel dijo que la conversión es como si el Señor nos quitara “el corazón de piedra” y nos diera un corazón que lo ama a Él y a Su Evangelio (véase Ezequiel 11:19–29). Sin duda, eso es lo que le sucedió al pueblo del rey Benjamín, cuando dijeron que habían tenido un cambio en sus corazones y ya no tenían disposición a obrar mal, “sino a hacer lo bueno continuamente” (Mosíah 5:2).
2. Véase Mateo 18:3–4.
3. D. y C. 1:16; véase también Helamán 12:6.
4. Véase D. y C. 76:25–29.
5. Somos sumamente afortunados de tener a la mano una gran porción de la palabra de Dios. En épocas pasadas de la historia del mundo, muy pocas personas tenían ejemplares de las Escrituras; trataban de recordar lo que podían siempre que escuchaban los pasajes de las Escrituras que se leían durante los sermones. ¡Qué bendición incomparable es el que tengas tu propio ejemplar para leerlo cada vez que desees hacerlo! Tú puedes ver cómo obra el Evangelio en las personas que fueron convertidas, desde la época de Adán hasta nuestros tiempos.
6. Alma 32:28.
7. Alma 34:26.
8. Véase Moroni 7:47–48.
9. Véase 1 Nefi 11:21–23.
10. Alma 34:28.
11. Véase Marcos 10:45. Cristo le dijo a Pedro que, una vez que se convirtiera, debía fortalecer a sus hermanos (véase Lucas 22:32).
12. 3 Nefi 9:20.
13. Además de las Escrituras, el folleto Para la fortaleza de la juventud, 2001, te puede servir de guía.
14. Una vez, cuando el rey David se preparaba para ofrecer un sacrificio al Señor, un siervo fiel dijo que daría al rey el lugar, los animales y la leña para hacer el sacrificio, pero David se negó, diciendo: “…por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada” (2 Samuel 24:24).
15. Véase Moroni 10:32–33.
16. Véase Efesios 6:13–17.
17. 2 Nefi 32:3.
18. Según el relato de la hermana Nicole Christofferson Miller.
19. Véase Mateo 6:13.
20. Véase Hebreos 8:10; 10:16.
21. Joel 2:13. “Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaréis; pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá” (D. y C. 88:63)

miércoles, 19 de enero de 2011

Familias y cercas por el Élder Boyd K. Packer del Consejo de los Doce Apóstoles.

Familias
y
cercas
por el Élder Boyd K. Packer
del Consejo de los Doce Apóstoles.

Me paro frente a este pulpito esta mañana, con una nueva obligación, ansioso quizás como nunca, de tener la influencia  el Espíritu del Señor, para que al dirigirme a los padres con hijos porfiados y errantes, pueda tener vuestra fe y oraciones. Hace algún tiempo, un padre que estaba preocupado por serios problemas con su hijo,  hizo este comentario: 

"Cuando se  sale de la casa y no sabemos dónde está, sentimos un dolor que oprime nuestro corazón; pero cuando está aquí, hay ocasiones en que es un dolor de cabeza."

Es tocante al dolor que oprime el corazón que quiero hablar; y me temo que hablo ante una gran congregación.

Casi no existe una vecindad que no tenga por lo menos una madre cuyos últimos pensamientos, oraciones y momentos despierta sean para con un hijo o hija que anda vagando quién sabe dónde. Ni tampoco es mucha la distancia entre los hogares donde un angustiado padre casi ni puede trabajar tranquilamente durante el día sin tener que retraerse una y otra vez, para preguntarse: "¿En qué hemos fallado? ¿Qué podemos hacer para recobrar a nuestro hijo?" Aun los padres con las mejores intenciones, algunos que realmente han tratado, ahora conocen esa angustia. Muchos han hecho todo lo posible para proteger a sus hijos, sólo para darse cuenta que ahora están perdiendo a uno de ellos, porque el hogar y la familia están siendo atacados.  Reflexionad sobre estas palabras:  Blasfemia  Desnudez  Inmoralidad  Divorcio  Pornografía  Drogas  Violencia  Perversión  Estas palabras han adquirido un nuevo significado en estos últimos años, ¿no es cierto? El apóstol Pablo le profetizó a Timoteo: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. .. "Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, desobedientes a los padres... " (2 Timoteo 3:1-2). La escritura continúa, pero nos detenemos en esta frase que dice: "desobedientes a los padres."

No es nuestro deseo tratar el tema que os causa tanto dolor, ni condenaros como un fracaso; pero estáis fallando, y eso es lo que lo hace doloroso. Si queremos ponerle un alto a este fracaso, debemos hacerle frente a los problemas como éste, pese a lo mucho que nos hiera.

Hace algunos años fui llamado en las tempranas horas de la mañana al lado de mi madre enferma que estaba hospitalizada para tener una serie de exámenes. — Me voy a casa — dijo ella — No seguiré con estos análisis; quiero que me lleves a casa ahora mismo. —Pero mamá— le dije — debes hacerlo. Tienen razones para sospechar que tienes cáncer; y si es como ellos suponen, tienes el más maligno. ¡Qué horror! Se me escapó. Después de todas las evasivas, todas las conversaciones en voz baja, después de todo el cuidado para no mencionar esa palabra cuando ella estaba presente. ¡Se me había salido! Se sentó en la cama y por largo tiempo permaneció en silencio, y luego dijo: — Bueno, si eso es lo que es, así sea, lucharé contra él.  Su espíritu danés se había manifestado. Y lo combatió y salió triunfante. Algunos podrán suponer que perdió la batalla contra esa enfermedad, pero salió como una ganadora triunfante y gloriosa; su victoria quedó asegurada cuando afrontó la dolorosa verdad. Fue entonces que su valor comenzó.

Padres, ¿podríamos considerar primeramente la parte más dolorosa de vuestro problema? Si vuestro deseo es el de volver a ganar a vuestros hijos, ¿por qué no cesáis de tratar de cambiarlos sólo por un momento, y os concentráis en vosotros mismos? Los cambios deben comenzar con vosotros, no con vuestros hijos. No podéis continuar haciendo lo que estabais haciendo (a pesar de que pensabais que era lo correcto) y esperar transformar el comportamiento de vuestro hijo, cuando vuestra conducta era una de las cosas que lo producían. ¡Qué horror! ¡Se ha dicho, por fin! Después de todas las evasivas de toda la preocupación por niños testarudos; después de culpar a otros, la cautela de ser pacientes con los padres. ¡Ya ha salido a luz! Sois vosotros, no vuestros hijos, los que necesitáis atención inmediata.

Padres, existe una ayuda sustancial para vosotros, si la aceptáis, pero os advierto que la ayuda que proponemos no es fácil, porque las dosis son iguales a la seriedad de vuestro problema. No hay ninguna medicina que efectúe una cura inmediata. Y si buscáis una cura que ignora la fe y las doctrinas religiosas la estáis buscando donde nunca la encontraréis. Cuando hablamos tocante a principios y doctrinas religiosas, y mencionamos escrituras es interesante, ¿no es cierto? ¿cuántas personas no se sienten cómodas cuando hablamos de eso?, pero cuando hablamos acerca de vuestros problemas con vuestra familia y ofrecemos una solución, entonces vuestro interés se intensifica. Tened la seguridad de que no podéis hablar respecto a una sin hablar acerca de la otra, y esperar resolver vuestro problema.

Una vez que los padres adquieren el conocimiento de que hay un Dios y de que somos sus hijos, pueden afrontar problemas como éste y tener éxito. Si estáis desamparados, El no. Si estáis perdidos, El no. Si no sabéis qué hacer, El sí. ¿Decís que se requeriría un milagro? Bien, si eso es lo que se requiere, ¿por qué no? Os exhortamos a que actuéis primero en un curso de prevención. Hay un poema del autor Joseph Malins, intitulado "La cerca y la ambulancia", el cual trata de los esfuerzos de tener una ambulancia en el fondo de un precipicio para ayudar a los que cayeren en el y concluye con las palabras de un filósofo que sugiere que se debería poner más atención a poner fin a la causa que a reparar los resultados. Presenta el plan de construir una cerca en lo alto del precipicio, y luego aplica esta idea a la juventud declarando que es mejor guiar por el buen camino a los jóvenes, que tratar de enderezar a los viejos; porque, no obstante que es bueno rescatar a los caídos, es mejor prevenir a otros para que no caigan.

Mediante la inmunización prevenimos la enfermedad física. El dolor de corazón o aflicción que ahora os atormenta, quizás en un tiempo podría haberse prevenido con medidas muy sencillas. Afortunadamente, los mismos pasos que son requeridos para prevenirlos, son aquellos que producirán la curación; o, en otras palabras, la prevención es la mejor cura, aun en casos avanzados. Ahora quisiera mostraros un lugar muy práctico y poderoso para comenzar, tanto para proteger a vuestros hijos como en caso de que estéis perdiendo a alguno de ellos, para redimirlo. Tengo en mis manos la publicación Noche de hogar y para la familia. Es el séptimo número de una serie que está a la disposición en todo el mundo en  diecisiete idiomas. Si lo repasáis conmigo, encontraréis que esta edición está basada en el Nuevo Testamento, teniendo como tema el libre albedrío; A pesar de que extrae lecciones de los días del Nuevo Testamento, lo que encierra no es exclusivamente de aquella época; corre a través de los siglos y trata particularmente de vosotros mismos, aquí, en el presente. Está bien ilustrada, la mayor parte a todo color, y tiene muchas actividades significativas para las familias con hijos de cualquier edad. Por ejemplo, aquí en esta página (40) hay un crucigrama; y en ésta, (pág. 23) hay un juego divertido que toda la familia puede gozar. Dependiendo de las jugadas que se tengan que hacer, la persona se encontrará en algún punto entre los "Tesoros Celestiales" y los "Placeres Terrenales". Aquí hay una lección intitulada "Cómo se formó nuestra familia" (pág. 58). En ella se sugiere que sería un buen momento para contarles a los hijos la forma en que ustedes se conocieron, se enamoraron y se casaron. Hay que asegurar la participación de ambos padres e ilustrar el relato con fotografías y recuerdos que hayan conservado: el vestido de novia, las invitaciones, fotografías de la boda.

Tal vez sería una buena idea grabar su narración y conservarla para que algún día sus hijos la den a conocer a sus descendientes." Permitidme citar algunos de los otros títulos de las lecciones: "El gobierno de nuestra familia", "Aprendiendo a adorar", "Hablamos palabras de pureza", "Las finanzas de la familia", La paternidad es una oportunidad sagrada", "El respeto a la autoridad", "El valor del buen humor", "Así que te vas a cambiar", "Cuando sucede lo inesperado", "El nacimiento y la infancia del Salvador". Aquí tenemos una que tiene como título "Un llamado a ser libres".

Esta es la sirena que vuestro hijo está siguiendo, ¿sabíais? Esta lección particular incluye una página de certificados oficiales simulados con instrucciones de elegir "para cada integrante de la familia alguna actividad que no haya aprendido a hacer; luego den a cada uno un sobre que contendrá uno de los certificados. .. debiendo firmarlo el padre: 'El presente certificado autoriza a su portador a tocar un trozo musical en el piano como parte de la noche de hogar.' (Naturalmente, el niño nunca ha tenido clases de piano.) Otros certificados podrán incluir: "Pararse sobre la cabeza, caminar sobre las manos, hablar en un idioma extranjero, pintar un cuadro al óleo". Entonces, cuando cada uno responde que no es capaz de hacer lo que se le pide, discutan la razón de por qué no es libre de hacer lo que se le permite. La discusión revelará que "cada persona debe aprender las leyes que gobiernan el desarrollo de una habilidad y luego aprender a obedecer esas leyes. De este modo la obediencia conduce a la libertad." Aquí, bajo las ayudas especiales para familias con niños pequeños, sugiere que pongan automóviles de juguetes sobre la mesa y que se sientan libres de moverlos en cualquier lugar del espacio provisto y en la forma que deseen. Aun la mente de los pequeños pueden ver los resultados de esto. Hay mucho más en esta lección y en todas las demás lecciones especiales; imanes sutiles y poderosos que atraen al niño más cerca al círculo familiar. Este programa ha sido diseñado para una reunión familiar que se verificará una vez por semana. El lunes por la noche ha sido apartado en toda la Iglesia a fin de que las familias se reúnan en el hogar.

Recientemente se impartieron las siguientes instrucciones al respecto: "Aquellas personas responsables por los programas de sacerdocio y auxiliares, incluyendo las actividades del templo, actividades atléticas de los jóvenes, actividades de los alumnos, etc., deben tomar nota de esta decisión, a fin de que esta noche pueda apartarse uniformemente por toda la Iglesia y que las familias estén libres de cualquier actividad de la Iglesia con el propósito de reunirse en la noche de hogar para la familia" (Boletín del Sacerdocio, septiembre de 1970). Con este programa viene la promesa de los profetas, los profetas vivientes, de que si los padres reúnen a sus hijos a su alrededor una vez por semana y les enseñan el evangelio, los hijos de tales familias no se perderán. Algunos de vosotros que no pertenecéis a la Iglesia, y desafortunadamente muchos dentro de ella, podríais tomar un manual como éste sin aceptar completamente el evangelio de Jesucristo, las responsabilidades de ser miembros de la Iglesia y las escrituras sobre las cuales se basa. Se os es permitido hacerlo. (Aun podríamos extenderos un "certificado" que os permitiera criar una familia ideal.)

Pero no obstante, no seríais libres de hacer las leyes. El adoptar un programa como éste sin el evangelio, sería como si uno obtuviera una aguja para inmunizar a un niño contra una enfermedad fatal, pero os negarais a que le inyectaran el suero que podría salvarlo. Padres, es tiempo de que asumáis la dirección espiritual de vuestra familia; si vuestra creencia actual es débil, tened el valor para buscar la verdad. Hoy día está viviendo la mejor generación de jóvenes que jamás haya vi vi do en l a tierra; habéis visto a algunos de ellos sirviendo como misioneros.

Quizás vosotros mismos les habéis negado la entrada a vuestra casa; debéis tratar de encontrarlos. Si no son nada más, son evidencia adecuada de que la juventud puede vivir honradamente, y hay cientos de miles de ellos que
son literalmente santos, Santos de los Últimos Días.


Mi deseo para con vosotros, padres, es inspiraros con esperanza. Aquellos de vosotros, que estáis afligidos, nunca os deis por vencidos; no importa cuan difícil sea, no importa cuan lejos o cuan bajo haya llegado vuestro hijo o hija, nunca debéis daros por vencidos, nunca, nunca, nunca. Deseo inspiraros con confianza. Dios os bendiga, padres afligidos; no hay dolor tan penetrante como aquel que resulta por la pérdida de un hijo; ni gozo tan exquisito como el gozo de su redención. Vengo a vosotros como un miembro del Consejo de los Doce, cada uno ordenado como un testigo especial. Os testifico que poseo ese testimonio. Sé que Dios vive, que Jesús es el Cristo. Sé que a pesar de que el mundo "no le ve, ni le conoce", El vive. Padres afligidos, dad oído a su promesa: "No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros" (Juan 14:17—18). En el nombre de Jesucristo. Amén.


 (Discurso pronunciado en la Conferencia general de 1971)


domingo, 12 de diciembre de 2010

CAPACITACION MUNDIAL DE LIDERES 2010- Nuevos Manuales de Instrucciones Generales

201011182



La Iglesia presentó un nuevo Manual General de Instrucciones durante la reunión mundial de Capacitación de Líderes del 13 de noviembre de 2010. El manual fue introducido en una capacitación especial en Salt Lake City, Utah, fue fue transmitida vía satélite a 95 países en 22 idiomas. Uno de los principales objetivos del nuevo manual es reducir la carga administrativa que tienen los obispos, que requieren muchas horas de servicio en sus deberes eclesiásticos, además de tener que atender sus ocupaciones laborales y familiares. El Pte. Thomas S. Monson ha dicho que como la Iglesia 
continua su crecimiento y cada vez más líderes laicos necesitan ser capacitados, es importante mantener la integridad de las normas, procedimientos y programas contenidos en el manual. Con el fin de aliviar las  cargas de los obispos, otros  líderes tendrán asignaciones adicionales y más responsabilidades pasarán a los consejos de barrio. Los principios fundamentales contenidos en el  manual son la simplificación y la flexibilidad, cuando sea necesario, en las unidades que carecen de suficientes  miembros para llevar a cabo el programa completo de la Iglesia, mientras que al mismo tiempo, se mantienen las doctrinas y principios esenciales de la Iglesia. El manual consta de dos volúmenes, uno de los cuales se entregará a cientos de miles de hombres y mujeres que llevan sobre sus hombros responsabilidades significativas administrando los programas locales de la Iglesia. Contiene los cambios que se han ido anunciando y publicando en los últimos años. El otro volumen, que contiene unos pocos cambios, será usado principalmente por obispos y presidentes de estaca.Están disponibles los distintos segmentos de la capacitación para ver online 



Mensaje de la Primera Presidencia - Presidente Henry B. Eyring
Reseña - Élder Dallin H. Oaks
Introducción al Manual 2 y principios relacionados - Élder Quentin L. Cook
Análisis de los principios del sacerdocio - Elder Jeffrey R. Holland, Elder David A. Bednar, Elder D. Todd Christofferson
Uniformidad y adaptación - Élder Bruce D. Porter (presentado por el Élder W. Craig Zwick) Preparémonos espiritualmente - Elder Robert D. Hales, Elder Neil L. Andersen, Julie B. Beck, Rosemary M. Wixom
Trabajar con el consejo de barrio - Elder Craig C. Christensen, Julie B. Beck, Elaine S. Dalton, Rosemary M. Wixom, Russell T. Osguthorpe, David L. Beck
Las hermanas en los consejos - Élder Richard G. Scott
Ministrar a los jóvenes - Elder Robert D. Hales, Julie B. Beck, Russell T. Osguthorpe, David L. Beck
Comentarios finales - Élder Russell M. Nelson


o descargar a su PC. Para acceder a los mismos, hacer click en el siguiente link:

jueves, 25 de noviembre de 2010

REGLAS PARA LA SECCION DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS

DENTRO DE ESTA SECCIÓN PUEDES MANDAR DUDAS, COMENTARIOS O PREGUNTAS SOBRE TEMAS VARIOS SOBRE LA IGLESIA, ORGANIZACIÓN, DOCTRINA, ETC.. Y SE CONTESTARAN LO MAS PRONTO POSIBLE.

TEMAS DEL TEMPLO NO SERÁN CONSIDERADOS A MENOS QUE SEAN TEMAS QUE SI SE PUEDAN TRATAR Y QUE ALGUNAS AUTORIDADES HAYAN HABLADO ABIERTAMENTE DE ELLO EN UNA CONFERENCIA O MANUAL OFICIAL DE LA IGLESIA.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿Qué opina la Iglesia de la perforación corporal o “body piercing”?



Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días creen que el cuerpo es sagrado. Lo consideramos un don necesario para experimentar la mortalidad y vivir una vida digna preparatoria para la gloria eterna. Creemos así como Pablo que somos “templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en [nosotros]” y que mancillar nuestro cuerpo es inapropiado y ofensivo a Dios (1 Corintios 3: 16-17). Por lo tanto, los miembros de la Iglesia no perforan sus cuerpos con propósitos cosméticos, y se les aconseja hacerse sólo una perforación en las orejas, para colocar aretes modestos.

El tatuaje enrarece el cuerpo y no se aconseja como una manera particular de imprimir una identidad o mostrar adherencia a una determinada pandilla. El Presidente Hinckley, 15to Presidente de la Iglesia, señaló:
 "Ahora viene la moda de tatuarse el cuerpo. No puedo entender por qué una persona joven, hombre o mujer, con ese propósito, desearía sufrir el doloroso proceso de desfigurar la piel con diferentes representaciones coloridas de personas, animales y diferentes símbolos. Con los tatuajes, el proceso es permanente, a menos que haya otro padecimiento doloroso y costoso para removerlo. … Un tatuaje es un graffiti en el templo del cuerpo."
De igual manera lo es la perforación del cuerpo con anillos múltiples en las orejas, la nariz, hasta la lengua. ¿Será posible que piensen que eso es bello? Constituye tan sólo una moda pasajera, pero sus efectos pueden ser permanentes. Algunos han llegado a tales extremos que el anillo ha tenido que ser quitado por medio de cirugía. La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce han declarado que desaprobamos los tatuajes y también “la perforación del cuerpo por otros propósitos que no sean médicos”. Sin embargo, no tomamos ninguna posición “respecto a la perforación mínima de las orejas que realizan las mujeres para colocarse un par de aretes” 


(Liahona, nov. 2000, pag. 52)

¿Debe un miembro participar de los Juegos de azar?





El presidente Heber J. Grant aconsejó:


"La Iglesia se ha opuesto y sigue oponiéndose inalterablemente a los juegos de azar de cualquier tipo. Se opone a cualquier juego de azar, ocupación o supuesto negocio que acepte dinero de una persona sin entregar a cambio el valor correspondiente. Se opone a toda práctica que tienda a...degradar o debilitar la elevada norma moral que los miembros de la Iglesia y nuestra comunidad en general han mantenido siempre” 



(en Messages of the First Presidency, tomo V, pág. 245).

¿Qué hace la Iglesia con respecto al maltrato del cónyuge y de los niños?





Gordon B. Hinckley, Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, hizo pública la siguiente declaración respecto al maltrato del cónyuge y de los menores:

"Condenamos enérgicamente el maltrato de cualquier tipo. Reprobamos el maltrato físico, sexual, verbal o emocional a la esposa o a los hijos.Nuestra 'Proclamación sobre la Familia' dice: 'El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de amarse y cuidarse el uno al otro, y también a sus hijos...Los padres tienen la responsabilidad sagrada de educar a sus hijos dentro del amor y la rectitud, de proveer para sus necesidades físicas y espirituales...Los esposos y las esposas, madres y padres, serán responsables ante Dios del cumplimiento de estas obligaciones' (La familia: Una proclamación para el mundo, Liahona, junio de 1996).
"Si se reconoce la igualdad entre marido y mujer, si se reconoce que cada niño o niña que nace en el mundo es hijo o hija de Dios, entonces se tendrá un mayor sentido de la responsabilidad de cuidar con cariño, de ayudar y de querer con un amor imperecedero a aquellos de los cuales se es responsable.
"Ningún hombre que maltrate a su esposa o a sus hijos es digno de poseer el sacerdocio de Dios.Ningún hombre que maltrate a su esposa o a sus hijos es digno de considerarse un miembro de buena conducta en esta Iglesia.El maltrato a la esposa y a los hijos de uno constituye una grave ofensa ante Dios y el que incurra en ello debe esperar ser sometido a la disciplina de la Iglesia"

(Liahona, enero de 1999, pág. 85).

La Intimidad en el Matrimonio

La Intimidad en el Matrimonio

LA SIGUIENTE INFORMACIÓN ES TOMADA DE LAS PALABRAS DE LOS PROFETAS VIVIENTES.

Hace muchos años, cuando era una joven misionero y me acababan de asignar un nuevo compañero, conocimos a un ministro protestante que nos invitó a pasar a su casa para que no nos congeláramos afuera en la calle. Después de intercambiar algunas ideas sobre diferentes temas, nos hizo esta pregunta: “¿Y qué piensan los mormones en cuanto a lo sexual?”
Ante la pregunta tan inesperada, me atraganté con el chocolate caliente que estaba tomando, y no pude decir nada. “Y bien”, repuso el ministro después de un rato de silencio, “¿me pueden explicar cuál es la filosofía del mormonismo con respecto a la sexualidad?”
En vista de que yo no profería palabra, mi compañero se dio cuenta de que no tenía respuesta y replicó: “Creemos en ella, señor”.


Así es efectivamente, creemos en ella y sabemos acerca del dolor que acarrea su uso incorrecto fuera de los vínculos del matrimonio. Estamos totalmente conscientes de las advertencias que al respecto han dado los profetas, tanto del pasado como del presente.
Han pasado ya más de veinte años desde aquel incidente. En mi carrera como consejero matrimonial y catedrático universitario, muchos estudiantes, amigos, profesionales, miembros de la Iglesia y otros me han hecho la misma pregunta, para la cual no he encontrado mejor respuesta que aquella que dio mi joven compañero de misión: “Creemos en ella”.
Concerniente al asunto, el profeta Alma declaró a su hijo Coriantón: “La maldad nunca fue felicidad”. (Alma 41:10.)No obstante, conocemos también el resultado beneficioso de las relaciones apropiadas dentro del matrimonio.
Estamos plenamente conscientes del gozo y sentido de unión de que disfruta una pareja casada cuando ambos nutren este aspecto de su matrimonio. Pero a pesar de las grandes posibilidades de gozo que traen las relaciones sexuales en el matrimonio, muchas parejas consideran frustrante su relación sexual y hasta la convierten en motivo de contención.
En efecto, la incapacidad de llevar una buena relación íntima es una de las principales causas del divorcio. El presidente Spencer W. Kimball señaló en uno de sus libros lo que sucede aun en nuestra Iglesia: “Si se analizan los divorcios, tal como lo hemos tenido que hacer en estos últimos años, se advierte que han existido una, dos, tres y hasta cuatro razones para consumarlos; el sexo ha sido generalmente la razón número uno. Muchas parejas han recurrido al divorcio debido a que no se han llevado bien en este aspecto.Cuando esas son las circunstancias, es probable que ni mencionen esto ante el tribunal, y que ni siquiera se lo digan a sus abogados, pero esa es la razón esencial”. (The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. Edward L. Kimball, Salt Lake City: Bookcraft, 1982, pág. 312.)
Ideas erradas con respecto a las relaciones sexuales
¿Cómo es posible que algo tan bello pueda ser la causa de tantos problemas? Parte de la dificultad yace en las ideas erradas que prevalecen en nuestro medio. Algunas personas piensan que las relaciones sexuales son un mal necesario para poder tener hijos. Es posible que sus padres hayan sentido vergüenza de hablar con ellos sobre este tema. Es probable que hayan temido tanto que sus hijos quebrantaran la ley de castidad, que por ello solamente les enseñaron las consecuencias negativas de la sexualidad.
Algunas ideas equivocadas provienen de la mala interpretación de ciertos versículos bíblicos. Por ejemplo, en Efesios 5:22 se les dice a las esposas que estén “sujetas” a sus maridos. Algunos han interpretado erróneamente esta escritura, diciendo que significa que las mujeres deben ceder ante los deseos de sus esposos aun cuando no tengan la disposición de hacerlo. Por supuesto que en condiciones tales, las expresiones íntimas de afecto no pueden dar lugar a la unidad marital desde ningún punto de vista.
Un bello poder
La sexualidad es en realidad un bello poder dado por Dios a la humanidad. El presidente Kimball señaló en uno de sus discursos: “La Biblia aprueba la función sexual y su uso debido, y la presenta como algo creado, ordenado y bendecido por Dios. Aclara que Dios mismo implantó la atracción física entre los sexos por dos motivos: para la propagación de la raza humana y para la expresión de esta clase de amor entre el hombre y la mujer, que constituye la verdadera unidad. Su mandamiento a la primera pareja de ser ‘una sola carne’ fue tan importante como su precepto de ‘fructificad y multiplicaos’ “. (Cita de Billy Graham [un conocido evangelista norteamericano], usada por Spencer W. Kimball en “Pautas para efectuar la obra de Dios con pureza”, Liahona, ago. de 1974, pág. 36.)
Es interesante notar que en las Escrituras no aparecen las palabras sexo ni sexualidad. En su lugar, se utiliza la palabra conocer para referirse a la relación íntima entre el hombre y la mujer. El “conocerse” o “familiarizarse” constituye un aspecto satisfactorio del amor conyugal. Un buen matrimonio puede sobrevivir sin la relación sexual, como en aquellos casos en los que uno de los consortes se encuentra enfermo o incapacitado físicamente. Pero este aspecto íntimo de “conocerse” el uno al otro contribuye al carácter integral de la relación matrimonial.
Un tema apropiado de conversación
El que ambos cónyuges hablen sobre las dimensiones físicas de su relación los puede ayudar a conocerse mutuamente en el aspecto físico. Aun aquellas parejas que hablan libremente sobre asuntos económicos, la disciplina de sus hijos, actividades recreativas y otros temas similares se sienten a menudo incómodos al abordar el tema de la intimidad sexual. Algunas veces suponen que sus relaciones íntimas deben marchar correctamente en forma “natural”, y que el hablar acerca de ello significa que algo anda mal.
Desde luego que esto no es cierto; mientras que los asuntos íntimos del matrimonio, debido a su naturaleza sagrada, no deben comentarse con amigos o parientes, es completamente apropiado el hacerlo entre cónyuges.
En cuanto a este asunto, el élder Hugh B. Brown, un apóstol del siglo veinte y miembro de la Primera Presidencia, expuso lo siguiente: “Se han destrozado muchos matrimonios en las peligrosas rocas de la ignorancia y la conducta sexual degradante, tanto antes como después del matrimonio. La gran ignorancia por parte de los recién casados en cuanto a dónde dirigirse para recibir la guía correcta es causante de mucha infelicidad y hogares destrozados.
“Miles de jóvenes llegan al matrimonio casi ignorantes por completo en lo que concierne a esta función básica y fundamental. . .
“Si aquellos que están contemplando embarcarse en la más gloriosa e íntima de todas las relaciones humanas [el matrimonio] se preocuparan de prepararse para las responsabilidades que les esperan, .. . si hablaran abiertamente sobre los aspectos delicados y santificantes de la vida sexual armoniosa que conlleva el matrimonio .. . se evitarían muchos pesares, angustias y tragedias.” {You and Your Marriage, Salt Lake City: Bookcraft, 1960, págs. 22-23, 73; véase también Fundamentos para el matrimonio en el templo (PCSS58A7SP], 1980, pág. 70.)
El dialogar sobre esta relación íntima —incluyendo los sentimientos y las emociones que la acompañan—puede obrar grandes resultados en el fortalecimiento del matrimonio.
Una expresión de amor, lealtad y unidad
Algunos de los problemas en este aspecto del matrimonio se suscitan cuando uno de los cónyuges limita su uso de modo insensato, o lo usa en forma indebida. La sexualidad debe ser parte integral del amor y del acto de dar. Cualquier uso en el que no existan estos sentimientos es un acto inapropiado.
En los años de experiencia que llevo como consejero matrimonial, he descubierto que hay algunas parejas que piensan que la expresión sexual debe restringirse a una sola dimensión: la de la reproducción.
No obstante, el presidente Kimball enseñó: “No tenemos conocimiento de que el Señor haya dado instrucciones de que la debida relación sexual entre marido y mujer deba limitarse totalmente a la procreación”.(”El plan del Señor para el hombre y la mujer”, Liahona, abr. de 1976, pág. 3.) La procreación es un aspecto integral y bello de la intimidad conyugal, pero el utilizar esta intimidad únicamente para este propósito es negar su inmenso potencial como expresión de amor, lealtad y unidad.
El abuso de las relaciones íntimas
Por otro lado, hay parejas que consideran que la única razón por la que existe la sexualidad es para lograr gratificación física. Estas personas se obsesionan tanto por saciar sus apetitos que olvidan completamente la verdadera emoción del amor. Hay otros que emplean la sexualidad como arma o instrumento de extorsión. Esto no solamente constituye un abuso del privilegio que Dios nos ha dado, sino que también muestra gran egoísmo por parte de uno o ambos compañeros y convierte las relaciones sexuales en algo destructivo, más bien que en un elemento de unión en el matrimonio.
La falta de información sobre las expresiones sexuales y los sentimientos del hombre y la mujer pueden causar igualmente problemas en el matrimonio.
Ideas estereotipadas al respecto
Algunas personas se aferran a viejas nociones falsas, aduciendo que la mujer no es tan sexual como el hombre. La imagen del hombre y de la mujer que se presenta en televisión, en revistas, libros y películas influye en nuestra propia percepción sobre la sexualidad de manera muy sutil e incorrecta. Raras veces los medios de comunicación representan una relación marital equilibrada, madura y afectuosa. Al hombre se le representa a menudo como a un héroe masculino y apuesto poco dispuesto a asumir responsabilidades y empecinado en un solo deseo: el del sexo. A la mujer se le pinta como a un ser irremediablemente romántico, metódico y práctico, o bien absurdo, cuya única función en todo caso es la de satisfacer ese deseo mayor del hombre. Estos criterios tan estrechos niegan la individualidad del hombre y de la mujer; pasan por alto el hecho de que ambos son hijos de Dios, dotados de esperanzas, deseos, talento y emociones.
Cuando ambos cónyuges olvidan esta verdad y se ven mutuamente como objetos, poco o nada es lo que puede hacer la sexualidad por promover la verdadera intimidad.Existen también, desde luego, los problemas físicos o psicológicos que pueden dañar este aspecto del matrimonio.
Por ejemplo, en los casos en que uno de los dos haya sufrido de algún abuso sexual en su niñez, es muy probable que adolezca de algún problema emocional serio. En tales circunstancias, lo más adecuado es consultar a un obispo o a un consejero competente para solicitar ayuda.Un médico podría dar atención a los problemas físicos.
La necesidad del amor cristiano
Uno de los problemas más grandes tanto en éste como en otros aspectos del matrimonio es el egoísmo. Dudo que haya otro tipo de relación humana mejor que el matrimonio para enseñar la necesidad de practicar el amor cristiano—ese amor desinteresado e incondicional que nos persuade a pensar más en los demás que en nosotros mismos. Y sin embargo, pocos de nosotros, incluso los que se supone contamos con un buen matrimonio, hemos aprendido a hacer esto tan eficazmente como podríamos o deberíamos hacerlo.
No siempre es fácil hacer a un lado toda otra consideración para pensar en nuestro compañero o compañera y detenernos a analizar sus necesidades para hacer todo lo que esté de nuestra parte para satisfacerlas.Muchas veces hacemos por otros aquello que nos haría felices si alguien más lo hiciera por nosotros.
Y después nos preguntamos por qué la otra persona aún no se siente feliz. Una de las claves más eficaces del éxito en el matrimonio es averiguar lo que haría feliz a nuestro cónyuge, y luego alegrarnos de proporcionarle esa felicidad.
Una custodia sexual
Cuando consideramos la sexualidad como una parte vital de la armonía y felicidad conyugales, ésta se convierte en algo más que lo que simplemente damos o recibimos. Para mí es algo de lo que ambos esposos son responsales, y que podemos llamar “custodia sexual”.En la parábola de los talentos, Jesús enseñó que siempre debemos mejorar o engrandecer cualquier cosa que se nos encomiende (véase Mateo 25:14-30).
En el matrimonio se nos dan a menudo responsabilidades en común, tales como los hijos, la fidelidad mutua, y el cuidado diario de los miembros de la familia.
En las Escrituras encontramos varios ejemplos de custodia común dentro del matrimonio. En el libro de Moisés, capítulo cinco, se ilustra claramente la obra mancomunada que llevaron a cabo Adán y Eva y las responsabilidades que se les encomendaron a ambos. En el versículo 1, leemos: “Adán empezó a cultivar la tierra, y a ejercer dominio sobre las bestias del campo, .. . y Eva, su esposa, también se afanaba con él”. De modo que ambos compartían la responsabilidad de trabajar o laborar. En el acto de compartir otras dimensiones de la vida, también tuvieron relaciones sexuales y trajeron hijos al mundo juntos (vers. 2); oraron y recibieron inspiración juntos (vers. 4); recibieron mandamientos juntos (vers. 5); dieron instrucción a sus hijos juntos (vers. 12); y también se lamentaron juntos (vers. 27).
Las palabras de Pablo también llevan implícito el significado de una responsabilidad sexual en común, cuando él dice: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.“La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.” (1 Corintios 7:3^1.)Para mí, esto significa que ni el marido ni la mujer por sí solos deben controlar la relación física. Al contrario, ambos deben ser diligentes en su deber mutuo; ambos deben observar una actitud afectuosa hacia el otro. Con esto en mente, analicemos algunas maneras en las que ambos cónyuges pueden cumplir con la parte que les corresponde de esa custodia y mejorar en esta dimensión de su matrimonio.
Al esposo
Un esposo necesita pasar tiempo con su esposa; ambos necesitan estar juntos para intercambiar ideas, crecer, aprender y experimentar gozo como pareja. A ninguna esposa le entusiasma que su esposo se pase todo el tiempo en el trabajo, en reuniones de la Iglesia, en pasatiempos que la excluyan, enfrente de la televisión o escondido detrás de un periódico. Un esposo que siempre busca ocupar su tiempo en actividades que excluyen a su esposa, le transmite un mensaje de que ella no es importante. Pero ella debería ser la persona más importante de su vida.
Refiriéndose al pasaje de Doctrina y Convenios 42:22 (”Amarás a tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella y a ninguna otra”), el presidente Kimball dijo: “Las palabras ninguna otra eliminan a cualquier otra persona o cosa. De manera que el cónyuge llega a ocupar el primer lugar en la vida del esposo o de la esposa, y ni la vida social, ni la vida laboral, ni la vida política, ni ningún otro interés, persona o cosa deben recibir mayor preferencia que el compañero o compañera correspondiente”. (Eí milagro del perdón, Salt Lake City: Bookcraft, 1976, pág. 256.)Si el marido pone otras cosas en primer lugar y es incapaz de encontrar el tiempo necesario para desarrollar una intimidad en otros aspectos de su relación con su mujer, es muy probable que a ella tampoco le vaya a interesar la intimidad sexual con él.
Asimismo, poco será el interés que sienta una esposa en la relación sexual si su esposo no está al tanto, o no se preocupa, de las aparentemente insignificantes luchas que ella sostiene con la vida. En cierta ocasión, una mujer me comentó lo mucho que ella deseaba que su esposo tan sólo “viniera del trabajo, me mirara a los ojos y me preguntara cómo me siento, cómo me fue durante el día, y luego me diera un beso y me abrazara por unos buenos momentos”. La mayoría de las esposas aprecian profundamente esos pequeños gestos que son un indicio de que el marido se da cuenta de sus necesidades. Muchas me han comentado lo agradecidas que se han sentido cuando sus esposos les ayudan con los quehaceres de la casa o les cuidan los niños al final de un agitado día. Otras esposas aprecian la colaboración que les dan sus maridos cuando están enfermas, embarazadas o sobrecargadas con las tareas de la casa. Gestos pequeños —como darles las gracias, elogiarlas, decirles que las aman— tienen mucha importancia. Cuando se agregan al matrimonio estos “pequeños” elementos, la sexualidad cobra mayor significado y se convierte en una expresión de amor profundo. Sin estos “extras”, la intimidad sexual no puede convertirse en motivo de satisfacción ni para él ni para ella.
A las esposas les encanta el que sus esposos sean románticos. El problema se presenta cuando los cónyuges tienen un concepto diferente de lo que es ser romántico. Algunas esposas definen esta cualidad como el tiempo que ambos pasan juntos haciendo cosas de las cuales ambos disfrutan. Entre ellas están las expresiones verbales o escritas de amor o el recibir pequeñas muestras o presentes que tengan significado para ambos exclusivamente. Si el aspecto romántico del matrimonio se limita únicamente a la sexualidad, es probable que las esposas se sientan más bien explotadas que amadas.
Una de las quejas que he oído con frecuencia de las esposas es que su matrimonio carece de suficientes muestras de afecto. Hace algún tiempo realicé una encuesta que reveló que la mayoría de las esposas colocan la satisfacción sexual en los primeros lugares de su lista de factores deseables en el matrimonio, pero le dan un lugar aún más preeminente a las muestrasde amor de tipo no sexual. Muchas esposas comentaron en dicho estudio la gran satisfacción que sienten con sólo tomarse de las manos con sus esposos, o sentarse juntos para leer o ver televisión. A una esposa también le agrada que su esposo se interese por ella durante la relación sexual misma.
A medida que el hombre aprenda a reconocer y satisfacer las diversas necesidades de su esposa, el amor en su matrimonio y todas las expresiones de afecto consiguientemente mejorarán.
A la esposa
Tal vez lo más importante que una esposa pueda hacer para mejorar las relaciones sexuales en su matrimonio sea reconocer que su esposo es también un ser humano que posee necesidades, y abriga esperanzas y aspiraciones. Lamentablemente, los medios masivos de comunicación abiertamente dan la idea de que todo lo que el hombre persigue en una relación es la satisfacción de un solo deseo. El adoptar este criterio tan estrecho en cuanto al hombre es juzgarlo injustamente. Los hombres, y aun aquellos que pudieran tener ideas erróneas sobre las relaciones maritales, todos son hijos de Dios, y el tratarlos como tales no puede sino ayudar a mejorar esa relación.
Muchas de las ideas que se aplican al marido, también se refieren a la mujer. De la misma forma en que él debe buscar tiempo para pasarlo con su esposa, ella también necesita hacer lo mismo. Muchas esposas pasan mucho tiempo eñ el trabajo, ocupadas con el cuidado de sus hijos o con los quehaceres de la casa.Cuando por fin los hijos se han acostado por la noche, y los padres disponen de unos momentos solos, muchas esposas prefieren ocuparse en algo que las “relaje” —como ver televisión, tejer, leer un libro, hablar por teléfono—en lugar de pasar tiempo con sus esposos. Si ellos quieren estar con ellas, a menudo se muestran cansadas o emocionalmente indispuestas.
Por supuesto que a los hombres no les agradan tales actitudes. Si las actividades del día llegan a ser realmente tan agotadoras como para que a ella no le quede tiempo o energía suficientes para desarrollar su relación con su esposo, le convendría, a ella o a la pareja, examinar su vida cuidadosamente, para decidir qué cosas pueden ser relegadas a segundo plano para el beneficio de la relación más importante de su vida.
Los hombres también aprecian las muestras de afecto. En algunos aspectos, cuando se trata de expresar su cariño, el hombre puede ser tan romántico como la mujer. Al marido le gusta abrazar y besar a su esposa antes de salir de casa en la mañana. Estos actos no son necesariamente de tipo sexual, sino son una expresión romántica del amor que siente hacia ella. Si ante estas demostraciones de afecto él escucha constantemente una negación como “ahora no” o “después”, es probable que sienta que a ella le es indiferente el amor que ambos comparten. Estas expresiones tienen para el hombre la misma importancia que las palabras de aprecio y los actos de bondad tienen para la mujer. Una esposa que rechaza esas demostraciones de su marido, le está diciendo indirectamente que él no es muy importante para ella.
Por otro lado, el detenerse para darle un ligero abrazo —o más aún, dar el primer paso para demostrarle afecto— tiene un gran efecto en el fortalecimiento del amor entre ambos.
Cuando se trata de las relaciones sexuales, muchas esposas se ensimisman en sus “derechos”, utilizando esta palabra siempre para ceder o negarse. Sin embargo, el matrimonio es también una relación de responsabilidad y oportunidad. En él, ambos socios tienen la oportunidad de dar. Considero que son muy pocas las esposas que se dan cuenta del poder que tienen para conservar a sus esposos a su lado física, emocional y aun espiritualmente. Por otro lado, me parece que muy pocas son las mujeres que perciben el grado de frustración y frialdad que sienten sus maridos cuando ellas se muestran indiferentes a sus necesidades e intereses. Creo firmemente que un Padre Celestial sabio y amoroso le ha dado a la mujer la capacidad de lograr unidad con su marido (véase Génesis 2:24). La clave de todo es la caridad, esa ausencia de egoísmo. A medida que ella se proponga satisfacer las necesidades de su esposo, su matrimonio mejorará indiscutiblemente.
El élder Parley P. Pratt dijo en una ocasión: “Nuestros afectos naturales fueron puestos dentro de nosotros por el Espíritu de Dios para un propósito sabio; y son las fuerzas que motivan nuestra vida y felicidad—son ese vínculo que une a toda la sociedad virtuosa y celestial.“El hecho es que Dios hizo al hombre, varón y hembra los creó; luego plantó en su corazón esos sentimientos afectuosos cuyo objeto es el de cimentar su felicidad y unión.” (Parker Pratt Robison, ed., Writings of Parley Parker Pratt, Salt Lake City: Deseret News Press, 1952, págs. 52-53; véase también Fundamentos para el matrimonio en el templo, 1980, pág. 38.) Conforme los cónyuges aprendan a dar de sí mismos bondadosamente y a comprender las verdaderas necesidades y deseos mutuos, crecerá este afecto natural hasta que en verdad logren “cimentar su felicidad y unión”.
Por Brent A. Barlow. Liahona de Junio de 1987, páginas 27 -32