Iba a subirse el Profeta a su limusina en Salt Lake y le dijo al chofer que tenía ganas de manejar ese día, que si le permitía hacerlo y el chófer le dijo que si, entonces el Presidente Monson arrancó y empezó a acelerar un poco, hasta pasar el límite de velocidad, entonces una patrulla lo detuvo y al ver al Profeta no supo qué hacer y llamó a su capitán para preguntar qué hacer, y en la central le preguntaron al patrullero por qué era un caso especial, y él decía, bueno es que es una persona muy importante, y le preguntaban ¿es acaso el alcalde? y decía el patrullero, no, no es el alcalde, es alguien mucho más importante, y le preguntaron ¿es acaso el gobernador? y decía el patrullero, no, no es el gobernador, es alguien mucho más importante ¿ es acaso el presidente de la nación? y él respondió no, no es el presidente, es alguien mucho más importante, quién es entonces?? Y el patrullero contestó, no lo sé, pero el Presidente Monson es su chofer.
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