domingo, 20 de febrero de 2011

¿El Libro de Moisés Restaura el Conocimiento de Satanás?

El versículo 23 del capítulo 1 de Moisés dice "Y Moisés dio testimonio de esto; pero no existe entre los hijos de los hombres por motivo de la iniquidad." Moisés se está refiriendo a la experiencia que tuvo frente a Satanás. Dentro de los muchos planes y estrategias de Satanás está la de ocultar información sobre él, incluso Nefi nos informa que él desea que las personas lleguen a pensar que Satanás no existe (2 Nefi 28:22).

Moisés nos informa que el relato de la experiencia de él con Satanás fue quitado de la Biblia, juntos con otras cosas “claras y preciosas”, las cuales tendrían un efecto negativo en las personas. Nefi nos dice: “Y después que se quitaron estas cosas claras y de gran valor, va entre todas las naciones de los gentiles; y luego que va entre todas las naciones de los gentiles, sí, aun hasta el otro lado de las muchas aguas que has visto, entre los gentiles que han salido del cautiverio, tú ves que —a causa de las muchas cosas claras y preciosas que se han quitado del libro, cosas que eran claras al entendimiento de los hijos de los hombres, según la claridad que hay en el Cordero de Dios—, a causa de estas cosas que se han suprimido del evangelio del Cordero, muchísimos tropiezan, sí, de tal modo que Satanás tiene gran poder sobre ellos” (1 Nefi 13:29).

Increíblemente, la primera vez que se menciona a Satanás en la Biblia es en 1 Crónicas 21:1, y su nombre aparece sólo en diecinueve ocasiones en el Antiguo Testamento, catorce de las cuales están en el Libro de Job. La palabra “diablo” no aparece en el Antiguo Testamento pero aparece numerosas veces en el Nuevo Testamento.

El libro de Génesis no establece ninguna relación entre la serpiente que tienta a Eva con Satanás, lo que lleva a algunos críticos de la Biblia creer que la existencia de Satanás en la religión judía fue adquirida durante el exilio en Babilonia.

En tan sólo los ocho capítulos del Libro de Moisés el nombre de Satanás aparece treinta y dos veces. El Libro de Moisés restaura el conocimiento de la existencia de Satanás como un ser real, como a continuación se muestran lo que este libro registra sobre Satanás que no se encuentra en la Biblia:


La tentación de Moisés (1:12-22)

La tentación de Adán y Eva (3:25; 4:5-8)

El origen de Satanás (4:1-4)

El tentador de los hijos e hijas de Adán y Eva (5:12-13)

Caín y Satanás (5:17-23)


Cómo Moisés rechazó a Satanás


Creo que la experiencia que tuvo Moisés con Satanás nos deja algunas enseñanzas valiosas. El hecho de tener experiencias espirituales con frecuencia nos ayudan a distinguir con más claridad el engaño. Moisés venía de tener una experiencia maravillosa con Jehová, la recordaba perfectamente porque había sido hace algunas horas. Es por eso que él puede distinguir con claridad la no gloria de Lucifer, sus tinieblas, y recordaba exactamente cómo era la gloria que lo había cubierto al conversar con el Señor.

“Y aconteció que cuando Moisés hubo pronunciado estas palabras, he aquí, Satanás vino para tentarlo, diciendo: Moisés, hijo de hombre, adórame. Y sucedió que Moisés miró a Satanás, y le dijo: ¿Quién eres tú? Porque, he aquí, yo soy un hijo de Dios, a semejanza de su Unigénito. ¿Y dónde está tu gloria, para que te adore? Porque he aquí, no hubiera podido ver a Dios, a menos que su gloria me hubiera cubierto y hubiera sido transfigurado ante él. Pero yo puedo verte a ti según el hombre natural. ¿No es verdad esto? Bendito sea el nombre de mi Dios, porque su Espíritu no se ha apartado de mí por completo, y por otra parte, ¿dónde está tu gloria?, porque para mí es tinieblas. Y puedo discernir entre tú y Dios; pues él me dijo: Adora a Dios, porque a él sólo servirás” (Moisés 1: 12-15).

A Moisés le bastó con su propio discernimiento para descubrir la farsa de Satanás. No fue el mismo caso con José Smith, quien al aparecerse Satanás no lo pudo distinguir como claridad, ya que apareció como un ángel de luz. José necesitó de la ayuda divina, los cielos enviaron a Miguel para ayudarle a distinguir la verdadera gloria: “¡La voz de Miguel, en las riberas del Susquehanna, discerniendo al diablo cuando se apareció como ángel de luz!” (D y C 128:20).

Si José, que tuvo experiencias únicas con la divinidad, experimentó dificultad en poder distinguir a Satanás, veremos la necesidad de vivir este principio que enseña Moisés, de que en la medida que experimentemos con mayor frecuencia nuestras experiencias espirituales, al venir Satanás y presentarse como una duda razonable, algo que no es tan malo, etc. cualquier tipo de engaño, podremos tener fresco en nuestra memoria y en todos nuestros sentidos lo que es seguir a la luz, y distinguiremos con claridad su intento vacío.

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