domingo, 9 de enero de 2011

LO QUE DICEN LAS ESCRITURAS ACERCA DE LA ASTROLOGÍA, LAS ADIVINACIONES, LOS "MEDIUMS", LA PRESTIGITACION, LA MAGIA Y LA NIGROMANCIA


Durante los últimos años se ha desarrollado notablemente el interés por las religiones del tipo oculto y místico en la parte occidental del mundo. No se trata sin embargo, de un renacimiento de las características espirituales propias de los antiguos patriarcas y profetas de Israel, sino del tipo de magia y prestidigitación a los que tan vigorosamente se opusieron aquellos profetas. Tenemos como ejemplo las palabras que el Señor le manifestara a Moisés: "No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios." (Levítico 19:31.) Así como también: "Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es  abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios." (Deuteronomio 18:9-14.) Podemos ver entonces, por los pasajes transcritos de la Biblia, que la creencia en la astrología, los "médiums", etc., no constituye la verdadera religión enseñada por los profetas y patriarcas, sino que era la característica de las religiones falsas practicadas por las naciones circundantes que se habían apartado de los caminos del Señor. Sin embargo, el impacto total de las instrucciones dadas por Moisés a Israel, se puede apreciar sólo cuando se lee el siguiente versículo, que dice: "Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis." (Deuteronomio 18:15.) El mensaje de todo este pasaje es entonces, que Israel no debe confiar ni guiarse por los astrólogos y los adivinos con respecto a su dirección espiritual, porque el Dios de los cielos le hablará a su pueblo a través de sus propios siervos, los profetas. El pasaje bíblico tiene también alusión a Cristo, de quien testificaron todos los profetas, y quien constituye el más perfecto ejemplo de un verdadero Profeta. Por la referencia a Jesucristo, por lo general hacemos mención del versículo 15, separado de los versículos precedentes; pero al hacerlo se corre el riesgo de perder el contraste que se trata de establecer entre los verdaderos y los falsos profetas. Las supersticiones paganas tratan del falsificar los verdaderos dones que poseen los profetas, videntes y reveladores consagrados por Dios. El profeta' Isaías también discutió detalladamente este problema: "Y si os dijeren: preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido." (Isaías 8:19-20.) La superioridad de los profetas verdaderos sobre los astrólogos, los prestidigitadores y los encantadores, queda perfectamente ilustrada en la experiencia que tuvo el profeta Daniel con los caldeos: "Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne. Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días." (Véase Daniel 2:2-28.) Del mismo modo, Moisés y Aarón demostraron tener mayores poderes que los que poseían los adivinos egipcios. (Véase Éxodo 7:10-12.) El reino del norte de Israel no guardó los mandamientos ni oyó las advertencias de los profetas, practicando en cambio las falsas religiones de sus vecinos, especialmente del modo introducido por la reina Jezabel. El hecho de que estas religiones falsas incluían la práctica de adivinaciones y agüeros, se encuentra claramente especificado en 2 Reyes 17:16-17: "Dejaron todos los mandamientos de Jehová su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal; e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, provocándole a ira. Jehová, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá." Como consecuencia de lo acontecido, Israel sintió muy pronto las terribles consecuencias de la conquista del ejército asírio. Casi un siglo más tarde, el buen rey Josías se encargó de llevar a cabo una reforma muy necesaria en el reino septentrional de Judá, y podemos leer en la Biblia que él: ". ... quitó a los sacerdotes idólatras. . . y. . . a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco . . . Asimismo barrió Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las abominaciones que veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová." (2 Reyes 23:5, 24.) En los tiempos del Nuevo Testamento, mientras Pablo se encontraba haciendo trabajo misional en Chipre, Elimas, el mago y falso profeta, no sólo se opuso a sus enseñanzas, sino que también trató de apartar de la fe al procónsul de la isla. Entonces Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: "¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?" (Hechos 13:6-10.) No puede haber ninguna duda respecto a lo que sintió Pablo hacia el representante de la hechicería. Más adelante, en Efeso, la prédica del Apóstol tuvo como consecuencia la conversión de mucha gente al evangelio de Jesucristo, de tal modo que: ". . . muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor" (Hechos 19: 18-20.) Cuando esa gente se allegó al verdadero conocimiento del Señor, ya no necesitaron ni sintieron el deseo de tener esos libros de "curiosas artes" que aparentemente eran manuales de religiones falsas. La participación voluntaria en estas formas de adoración supersticiosas, constituye un pecado, tal como se lo dijo Samuel el Profeta al rey Saúl: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación." (1 Samuel 15:23.) Las escrituras también registran que cuando Saúl perdió el Espíritu del Señor, se vio involucrado en el espiritismo. (Véase 1 Samuel 28:1-20.) Y finalmente, dirigiéndose a los Gálatas, escribió Pablo: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disenciones, herejías, . . . como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." (Véase Gálatas 5:19-21.) Las escrituras demuestran que las hechicerías, la magia, los "médiums" y la nigromancia, son características de las religiones falsas y de las supersticiones del mundo, y que aquellos que practican todo esto, en realidad se encuentran en competencia con los verdaderos apóstoles y profetas. Quienes conozcan el Espíritu y tengan fe en Jesucristo, evitarán cualquier ciase de contacto o relación con las adivinaciones, la astrología y la magia. 

El Dr. Matthews es profesor adjunto de Escritura Antigua en la Universidad de Brigham Young, y miembro del Comité de Correlación para Adultos de la Iglesia. 

"El poder que más se aproxima a Dios, es la justicia templada por la clemencia." 
WiLllam Shakesperare

(Liahona Abril de 1975 pag. 13 )

Por adivinación se refiere a los medios utilizados para predecir el futuro. Entre los más conocidos están la astrología (a través de los astros), la cartomancia (a través de las cartas), la quiromancia (a través de los manos), la nigromancia (a través de los "muertos"), la cafemancia (a través del café y otras infusiones) y lacleromancia (a través de conchas, piedras y huesecillos), etc

FUENTE DE CONSULTA LIAHONA ABRIL 1975

                                                                                                                           

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